Violencia

La violencia está tan presente en la vida cotidiana que se naturaliza e imposibilita la mirada crítica. Es una de las causas más habituales de las consultas de pareja y de familia, y una fuente de preocupación en las escuelas por la agresión entre los alumnos, alumnos y docentes, de padres con docentes, abusos con los niños, etc. La violencia también es motivo de sufrimiento en diversas instituciones públicas o privadas.

El odio y la agresión forman parte del sentir del ser humano y pueden ser varios sus motivos, internos o externos. Por esto la capacidad de ser procesados se desborda y se despliegan con toda contundencia sobre los demás, en actuaciones puras con escasa o nula capacidad de reflexionar. Existen situaciones externas traumáticas como guerras, crisis económicas y sociales o accidentes, que también exceden la posibilidad de ser “pensadas” y elaboradas. Esta falta de límites protectores lesiona las normas de convivencia.

Una mirada vincular es una herramienta valiosa que colabora con la observación de todo el conjunto, ya que cada elemento constitutivo (en las variaciones posibles), puede ayudar a lograr modificaciones. A veces con la modificación del entorno es posible lograr una mayor continencia, o simplemente a través del trabajo grupal se incluye la reflexión y la capacidad de pensar, cuando lo que predomina es la expulsión hacia afuera en forma de acción, de aquello que no ha podido ser procesado.

Terapias de familia, de pareja y de grupo son alternativas posibles de ayuda. El trabajo con talleres en diversos grupos, así como la capacitación de profesionales en el área de la salud o legal, son otras formas de abordar la violencia desde lo vincular.

Por lo general los actos violentos recaen en los más “débiles”; las mujeres, los niños y los ancianos que por su dificultad de hacerse cargo de sí mismos están expuestos a maltratos. La violencia puede presentarse como un daño ejercido sobre uno mismo, sobre otro u otros, ya sea en forma física, por actos agresivos, o por negligencia. También puede ser ejercida  como violencia psíquica a través de la desvalorización y humillación. Implica la negación del otro, en sus diferencias y singularidades, pudiendo llegar al extremo del asesinato o del suicidio.

Las noticias sobre violencia de género, abusos físicos y sexuales de niños, son fuente de preocupación en los equipos de salud. En varios casos se apela a la justicia, por lo general con la intervención de instituciones del Estado. Largos y tortuosos litigios legales son frecuentes en los divorcios, en donde los hijos son ubicados en el campo de batalla de la pareja, recibiendo todo el impacto. Es importante la capacitación de los profesionales que intervienen en todas estas circunstancias, para no potenciar el impacto de la agresión.

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