Vínculos y nuevas parentalidades

Las grandes transformaciones sociales que impactan en nuestra cotidianidad, también influyen en la forma de construir una pareja o una familia. Lo que antes era considerado como natural en la conformación de una familia, con una pareja en primeras nupcias, hoy es poco convencional.

Actualmente no se puede hablar de “familia” sino de “familias”, en plural. Hay familias con parejas en primeras nupcias, familias ensambladas, familias homoparentales, familias monoparentales, familias construidas con la ayuda de la fertilización asistida por la donación de gametos. En estas variaciones han incidido varios factores como la inclusión de la mujer en el ámbito laboral y su inserción en la vida profesional. La mayor frecuencia de los divorcios que dan lugar a familias ensambladas, familias monoparentales de hombres o mujeres que deciden tener hijos sin construir una pareja. También influyen los avances tecnológicos en los métodos de fertilización asistida para parejas heterosexuales, y a su vez se facilita la creación de familias homoparentales.

La biología no asegura ser mejor o peor padre y, por otra parte, esta mayor amplitud de posibilidades no significa la ausencia de conflictos. El poder tener un hijo pasa por el deseo del hijo, o de querer ser padre o madre, y eso no lo da la biología. Todos estos cambios se confrontan con temores e inseguridades, que pueden interferir en el normal desarrollo que hacen a las funciones primordiales de la familia: las funciones de sostén y de corte.

El trabajo vincular puede ofrecer alternativas ante las dificultades:

  • Terapia de pareja
  • Talleres con parejas
  • Terapia familiar
  • Capacitaciones grupales de profesionales que son receptores de estas nuevas configuraciones familiares.

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