Por: Vanina Trentacoste

En la semana que festejamos la amistad, como hazaña tan trascendente como pisar el suelo lunar, motivo por el cual se le dedica el 20 de julio , les comparto algunas ideas.

Para pensar sobre aquello que se da entre dos o más personas llamado amistad, introduzco la idea de que si bien las relaciones fraternales son semejantes a las de amistad, están no están conformadas desde la consanguinidad aunque si comparten determinadas experiencias que entre pares, por lo significativas que son, convocan a nominar al otro como partner, compañero, camarada o amigo según el sentimiento más o menos en común y su importancia para cada quien.

Solemos escuchar que un amigo es alguien que alivia, acompaña en los momentos más sentidos. Que su valor radica en ser elegido y generar afectos, tanto o más profundos que un miembro del núcleo familiar. Grupo primario al que pertenecemos por designio de nuestra biología, o por adopción y efecto del lugar de hijo, hermano o primo, etc.

Según el diccionario de la lengua española, amistad “es el afecto personal, puro y desinteresado compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato”. En nuestro idioma proviene del latín “amicus” (amigo) y proviene del término (amore) amar.

Al parecer según lo investigado es el tipo de relación simétrica más frecuente entre humanos. Y no solo entre miembros de una misma especia.

Se escucha que el mejor amigo del humano es el perro, por la lealtad y cariño posible entre ambos. Aunque el animal – mascota en este sentido depende del cuidado y compañía de aquel también denominado el amo en una relación dispar o asimétrica.

Entonces reflexiono sobre la idea de dependencia, de negociación permanente, de un interés no tan libre de cargas y sus innumerables cualidades en tanto original como cada relación.

Rosa Jaitin (2007) desarrolla este concepto, atravesado en su origen como devenir de distintos tipos de alianzas inconcientes, que determinan el tipo de vínculo de amistad.

Heredero del complejo fraternal, con niveles de apego e intimidad en pares de una misma o cercana generación, diferencia la amistad profunda y duradera, alimentada recíprocamente por intereses y resonancias que la favorecen, como amenazada también por tensiones, rivalidades o diferencias.

Por otro lado Ana María Quiroga (2007) nos aporta ideas tales como las funciones de sostén y elaboración que se dan en los grupos primarios (familia) y los secundarios (amistades)

Nos interpela la autora, cuál es ese “lugar del otro” de una interacción, “del vínculo” en la constitución del psiquismo”.

Dice:

“El sujeto emerge y se configura en la interioridad y por efecto de una complejísima trama de vínculos y relaciones sociales que a su vez determinan aspectos de la forma y contenido de estos vínculos. Entendiendo por vínculo, una estructura interaccional compleja que incluye a dos sujetos y se desarrolla en dos dimensiones: intra e intersubjetiva. Lo intra como mundo interno en el que se inscribe esa red interactiva y lo inter como lo vincular. El vínculo si bien es una relación bicorporal comporta siempre de modo implícito una red multipersonal”

Quisiera agregar otra dimensión que también tiene su influencia en los vínculos: lo transpersonal. Alude a la sociedad y cultura en que se desarrolla la relación. También cabe considerar la esfera de lo temporal, por la memoria y herencias que cada miembro soporta y transmite en esa relación y momento de la misma, tanto conciente como inconcientemente.

Amistad, un vínculo para atesorar, que requiere del arduo trabajo psíquico de sostener la relación aun con sus limitaciones y obstáculos, de nutrirse en tiempos, espacios y experiencias.

Para concluir, comparto la idea de que este vínculo puede ser fundamental en nuestra existencia pues nos permite rescatarnos del desamparo que se resignifica en distintas etapas, de nuestras luchas y desafíos cotidianos. Los invito a celebrar la amistad como aquel vínculo que nos da la oportunidad de ampliar y recrear el impulso vital del compartir, dar y recibir afecto.

Va mi homenaje como miembro de nuestra querida Asociación de Psicoanálisis de pareja, familia y grupo de Mendoza, donde he encontrado personas valiosas y relaciones de amistad que atesoro con cariño y sobre todo con gratitud.