Película “La separación”

Director Asghar Farhadi

Algunas reflexiones

Actividad coordinada por la Lic. Patricia Puebla

Al ver la película, la vivencia que en general predominó fue de expectación, de estar al borde de la posibilidad de un desenlace trágico, ante la fragilidad de cada uno de los protagonistas. Fragilidad, a veces oculta detrás de la violencia o de la mentira. Como queriendo sostener a través de estos modos un lugar de poder, que en realidad no es tal, como ocurre con los dos padres de esta historia. Las mujeres a su vez, de manera oculta o concretando acuerdos entre ellas, tratan de apuntalarlos en su debilidad, que los cuestiona como proveedores para sus hijos, a los que dejan en riesgo, lo que se hace palpable con la muerte del bebé por nacer.  

 

Diferencias excluyentes

Plantea no sólo la diferencia de la vida entre ser hombre o mujer, sino también la diferencia en el contexto social, con una clara separación entre clases sociales, que en algunos estamentos incrementa la incertidumbre, el desamparo ante la vivencia de no tener las condiciones necesarias para poder sobrevivir. Aunque también muestra en general una forma de transcurrir la vida cotidiana que no contiene, que delata cómo los más expuesto ( ancianos y niños) están permanentemente en riesgo. No existe un lazo solidario, de sostén ni desde lo personal o familiar como tampoco del contexto social.

¿Tradición o fututo? Rupturas

Se plantean como disyuntivas el cuidar al abuelo, representante del pasado o a los hijos que aluden a una posibilidad de futuro, disyuntiva que supone la exclusión de uno o de otro, como si no fuera posible cuidar a todos. Así la observancia de tradiciones o el cuidado de un padre anciano se convierten en impedimentos para contener a los hijos. La familia pierde su cualidad de contención, en algún sector se diluye, se pierde como el útero que pierde el bebé.  

Muestra una forma de violencia que impacta en los cuerpos, favorecida por un hablar que está vedado , que tiene que ser oculto, o directamente no es escuchado o falseado.

Las hijas intentan rescatar el valor de la verdad de las palabras, el orden simbólico que les permite comunicarse a través de símbolos. Ambas sobrellevan la pesada carga del nivel de violencia soportado por las madres con distintas cualidades tales como el no ser consideradas, escuchadas, miradas, valoradas, quizás como ellas mismas se sienten. Es impactante la escena de la nena arrastrando una bolsa con basura, golpeando escalón por escalón por acarrear un peso excesivo para ella, por lo que la bolsa termina rompiéndose.  Esto refleja que arrastra situaciones que sobrepasan sus fuerzas infantiles para hacerse cargo. En cierto modo, la bolsa que se rompe es el anticipo de otra ruptura muy dolorosa, la muerte del bebé por nacer, como un futuro que no puede desplegarse, cuando los golpes de la vida no lo permiten. Desde otro punto de vista, puede verse sin embargo como la presencia de una ruptura, necesaria para pensar en algún cambio.

Ambas hijas intentan encontrar un camino diferente al de sus madres. Eso ocurre con la hija del matrimonio al no querer ir con su mamá y dejar a su papá. Implicaría una salida endogámica al romper con los mandatos que la madre le propone. A su vez ésta intenta romper con los mandatos culturales y sociales, al querer separarse de su marido, valorándose, poniendo límites a la relación con un hombre, situación que no es muy frecuente en su cultura. Sin embargo no anula su función de cuidado que se observa en la dinámica de su familia al asumir el cuidado del padre de su ex marido.

Disyuntivas

En distintas escenas de la película podemos encontrar gestos, movimientos sin palabras que nos colocan al borde de otra tragedia. Como en el caso de la escena donde la niña que está con el abuelo juega con el oxígeno. Allí se puede ver que no hay adultos que se hagan cargo. Los más débiles quedan a merced de su propia suerte al perderse los apuntalamientos familiares y sociales. Esto a su vez contribuye a debilitar la construcción de los continentes internos, donde poder alojar y elaborar el propio sentir.

Sin embargo ante la fallida presencia de los adultos, las hijas son las que han desarrollado la capacidad  de  observar la realidad y de sacar conjeturas de la acción más conveniente, como por ejemplo cuando la hija le indica al padre qué programa del lavarropas usar.

O uno o el otro, uno excluyente del otro, es la disyuntiva. Aunque queda en cierto modo un final abierto no tan cerrado cuando se le plantea a la hija que debe decidir quedarse con el padre o con la madre, lo que queda sin respuesta, en silencio, y esto quizás plantea dudas o incertidumbre, como un panorama no clausurado del todo en donde necesariamente uno de los términos debe ser anulad . Esto no ocurre en el  comienzo de la película cuando está la pareja ante el juez, y el letrado decide que el reclamo de la mujer “no tenía importancia”, marca entre otras escenas, como el reclamo de la mujer o sus palabras deben ser silenciadas, anuladas. Palabras silenciadas o palabras que se convierten en carentes de valor, en cuanto sostienen mentiras, como las palabras paternas que sostienen la falsedad tratando de confirmar fraudulentamente su propia postura. Palabras que no se escuchan y que al final no se pueden pronunciar, quizás porque no es posible enunciarlas en tanto han perdido su valor o que aún cuando sean enunciadas no serán tenidas en cuenta o, lo que es más grave, cuando la ruptura del silencio es acompañada de violencia.

Ser Mujer

Quizás desde todos los espacios se ignoran las necesidades  de la mujer, sólo aceptada en su rol de dadora dentro del hogar, como algo que además le cuesta resolver a la mujer misma. El abuelo que toma la mano de su nuera y la llama luego reclamando su presencia, la hija que no acepta  la decisión de la madre y tampoco puede acompañarla. Es probable que para la hija  signifique además pasar a ocupar el lugar de compañera del padre como una especie de triunfo ante la exclusión de la madre de la escena, lo que no excluye que perciba la debilidad del padre.

Ivonne Bordeloise, en la “Palabra amenazada”, nos muestra cómo en la cultura se ha considerado el silencio de la mujer como cualidad intrínsecamente femenina, tal como lo enuncia Neruda: “me gusta cuando callas porque estás como ausente”, que puede dar lugar a un silenciamiento que sostiene a una sola voz, la voz masculina como válida y que merece ser escuchada.

Quizás ayude a pensar estos temas algunas reflexiones vertidas en el libro “Intolerancia a lo femenino” (Nohemí Reyes-Doris Berlin (compiladoras) CoWAP, Asociación Psicoanalítica Mexicana, 2014). Las autoras destacan que hay varios factores que influyen en la representación que la mujer tiene de sí misma en una organización patriarcal. Algunos de ellos tienen que ver con lo religioso. “En las tres religiones principales, judía, cristiana y musulmana, a través de sus enseñanzas y prohibiciones se ha moldeado una impronta que la mujer tiene de sí misma y que trasciende la praxis religiosa. Para esas tres religiones, la mujer es la que aglutina la familia y a los hijos y, por ende, pesan sobre ella las restricciones sexuales con el mandato a confinarse en el ámbito familiar, a fin de poder cumplir con esas mismas obligaciones (…)”

Quizás un resto de esto es la remuneración inferior de la mujer por la misma tarea realizada por hombres, o como en la película en la que la mujer tiene que tolerar una pago inferior y acomodarse no a sus posibilidades de cumplir con los horarios, sino que hubo un sometimiento a un horario que no dejaba espacio a su tiempo vital. Teniendo que soportar excesivas exigencias y  sin la posibilidad de encontrar puntos de apoyo para ella.  

También en consonancia con lo anterior hubo en la historia una lenta inclusión de las mujeres en el ámbito del conocimiento. Han habido varias mujeres filósofas que rescata Umberto Eco, que fueron desconocidas. Quizás porque la historia ha sido escrita por los hombres.   Algo de esto quiere mostrar la película en la escena donde la protagonista cuando se separa se lleva los libros, como remarcando su importancia, del aprendizaje para la mujer, otrora vedada de esta posibilidad. A pesar de esta evolución, quizás no se ha modificado del todo la identidad femenina.

Esto nos abre otras líneas para pensar: ¿qué lugar ocupa lo familiar y lo cultural en estas decisiones?, ¿dónde está puesto el deseo de cada uno?, ¿él en cuidar a su padre y ella en irse del país, como modos diversos de posicionarse en la vida? ¿La importancia de la  imposibilidad del decir, y una imposibilidad de tramitar las diferencias: las ganas de él de quedarse junto a su padre es tan fuerte como el deseo de ella de separarse? Hay diferencias que no son tramitables y que no tienen que ver con el amor. Ninguno de los dos puede renunciar a su deseo porque es vital.

Otro interrogante que surge es que si todos nos manejamos al nivel del deseo, ¿es compatible estar con otros?

A modo de síntesis podemos puntualizar diferentes áreas para seguir pensando:

  • La incidencia de una sociedad patriarcal, mujer silenciada
  • Vínculo de pareja
  • Vínculo familiar
  • Acuerdos perversos ¿ A qué ley se someten? ¿a la ley religiosa, a la que responden a riesgo de su propia vida? En las dos mujeres protagonistas aparece la búsqueda o la forma de violar estos mandatos, en ciertos momentos existe un intersticio para rebelarse frente al otro. Cada una se rebela a su manera.

     

    Imagen: Puerta de babel