Por la Lic. Gabriela De La Cruz. Estudiante de 3° año del Posgrado de Pareja, Familia y Grupo

El ser humano por definición es un ser bio-psico-social, por ende el fenómeno de la pandemia ingresa a la vida como un episodio que rompe todos los esquemas, nos llena de incertidumbre y nos invita a echar mano de nuestros recursos, hasta de los que ni nos acordábamos que teníamos por no usarlos en la inercia de la rutina.

 ¿Qué pasa entonces cuando este episodio incluye la cuarentena y nos encuentra viviendo solos?

“La incertidumbre y la inevitable espera del reencuentro se invisten de ambivalencia. Se encuentran el deseo amoroso de volver a tener al otro y la hostilidad porque el otro demora en venir, lo cual puede ser registrado como falta de amor, como no reconocimiento y, especialmente, como no teniendo un lugar en la mente del otro. No hay herida tan profunda para el yo como la fantasía de no tener existencia en el otro” (Berenstein, 2004:38)

La presencia del otro nos permite pensar, construir juntos y también nos pone un límite a nuestras fantasías. Es por esto que es esperable que en la situación de encierro quienes se encuentran solos sientan grandes montos de angustia y de ansiedad por lo que vendrá, el no tener que acordar con alguien en la convivencia, que puede ser normalmente vivido como algo puesto en valor, puede en esta ocasión ser un desorganizador interno. Así como el temor al contagio, a la enfermedad y a la muerte propia y de seres queridos que se ve replicada constantemente en los medios de comunicación.

Por todo esto sugerimos

  • Dar espacio a las emociones que se suceden a lo largo de los días y que incluso pueden cambiar durante el día.
  • Utilizar los medios de comunicación de los que dispone (redes sociales, teléfono, charlas de balcón a balcón) para activar redes de contención y con quienes poder hacer el ejercicio de limitar los pensamientos intrusivos.
  • Establecer un orden de prioridades en cuanto a las actividades a realizar, si es posible que incluyan la exposición al sol o en espacios abiertos (sin romper la cuarentena y el aislamiento social preventivo indicado), espacios de juego, arte y lectura, con tolerancia y flexibilidad en cuanto a su ejecución. 
  • Pedir ayuda profesional en caso de sentirse sobrepasado, la atención psicológica on-line permite un acompañamiento afectivo dadas las condiciones de la cuarentena. 

 

Si sabes de alguien que está pasando este momento solo, también puedes iniciar la comunicación, compartir juegos, libros, películas e incluso hacerle envíos por medio de los servicios de delivery. 

Es el momento para ser creativos y aprender a estar juntos sin ponerle el cuerpo sino poniendo atención, palabras y animarnos a jugar para estar presentes, para seguir conectados con la vida. 

 

Lic. Gabriela De La Cruz 

MP 2460

 

Bibliografia consultada

  1. Berenstein 2004 Devenir otro con otro (s) Ajenidad, presencia, interferencia Editorial Paidós. Argentina

Imagen: Photo by Noah Silliman on Unsplash